Ibiza esconde rincones y calas maravillosas donde perderse y pasar un día en familia, con amigos o en pareja, con opciones para todos los gustos. En este nuevo post, hemos recopilado una selección de las mejores calas de Ibiza para que puedas visitarlas durante tu estancia. ¿A qué estás esperando para conocerlas?   

Cala D’Hort.

El lugar con más magnetismo de la isla. Una cala pequeña cuyo mayor encanto son las vistas a los islotes de Es Vedra y Es Vedranell. La playa se encuentra en el municipio de Sant Josep de Sa Talaia y el acceso es bastante fácil, ya sea en coche o en moto, aunque en temporada alta será difícil aparcar. Esta playa cuenta con dos chiringuitos muy demandados por su comida títpica ibicenca, con especialidades como el Bullit de Peix o la paella, El Carmen y Es Boldadó. También cuentan con una pequeña boutique donde comprar pequeños souvenirs.

En definitiva, una playa de arena fina rodeada de acantilados y con unas vistas maravillosas, ideal para conocer la esencia y magnetismo de una isla mágica.

Cala d’en Serra.

Situada en el norte de la isla, en el municipio de Sant Joan de Labritja. Una de las calas menos conocidas y prácticamente virgen de apenas 50 metros de largo, que se ha mantenido intacta gracias a su difícil acceso en coche.

Una vez consigues llegar al lugar, el agua cristalina y tranquila invita a realizar snorkeling y disfrutar de la vida marina. Un pequeño chiringuito ofrece bocadillos y snacks para quitar el gusanillo.

Es Portixol.

Aún más recóndita que Cala d’en Serra. Una cala insólita, también en el norte de Ibiza en Sant Joan de Labritja, y a la cual es imposible acceder en coche. Un camino estrecho y una caminata de más de media hora impiden que la masificación de turistas llegue a esta playa. Muy recomendable para los amantes del senderismo, pues el camino de llegada ofrece unas vistas espectaculares.

Esta playa no cuenta con ningún servicio y es muy recomendada para realizar buceo, por lo que no puedes olvidar las gafas de buceo para visitarla.

 

Cala Saladeta.

Una de las calas más visitadas y más famosas de toda la isla. Se encuentra en el municipio de Sant Antoni de Portmany. La afluencia de turistas es tal que el tráfico de vehículos está restringido en ciertos horarios. Por otra parte, es una cala preciosa de aguas cristalinas, arena dorada y un ambiente muy festivo. Se encuentra al lado de Cala Salada y se puede acceder a ella por dos caminos: uno más difícil pero más directo y otro en el que debes dar una vuelta por encima de la montaña y rodear la playa.

Esta cala no cuenta con servicios y si quieres ver la puesta del sol esta no es tu playa. Eso sí, es una visita obligada si te encuentras en Sant Antoni.

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